España ya tiene su sandbox financiero, después de que este jueves 4 de noviembre el Senado aprobara definitivamente la Ley para la Trasformación Digital del Financiero, que se publicará en breve en el Boletín Oficial del Estado (BOE).
El sandbox regulatorio es una iniciativa largamente esperada por el ecosistema fintech. Se trata de un banco de pruebas controlado para facilitar que las fintech e insurtech desarrollen sus proyectos tecnológicos de innovación, con una supervisión especial.
De este modo, muchos proyectos que no recibirían financiación por falta de seguridad jurídica en un entorno tradicional, obtendrán una autorización o licencia por parte del Gobierno español.
De manera que, las empresas fintech e insurtech ahora sí cuentan con un espacio legal para que puedan comercializar sus productos, lo que impulsará la captación de inversión para su desarrollo.
El Sandbox es, por lo tanto, el garante de seguridad jurídica para todos aquellos interesados en el desarrollo de modelos de negocio de fusión entre lo financiero o asegurador y lo tecnológico que hasta ahora no existía.

Sandbox, atracción de talento
Con su puesta en marcha, que se espera inmediata, posiblemente a comienzos de 2021, nuestro país se coloca en el mapa europeo como referente en innovación, así como un imán que atraerá talento e innovación. Si tomamos como referente el sandbox británico, ha autorizado en ese país 170 proyectos desde su creación en 2016, de los que un 30% corresponde a firmas extranjeras. Holanda y Dinamarca también cuentan con uno, mientras que Francia lo ha rechazado.
Se estima que el sandbox español atraiga una inversión cercana a los 1.000 millones de euros en los próximos dos años, así como la creación de más de 5.000 empleos estables directos. En definitiva, estamos hablando de una gran oportunidad para convertir a Madrid en una capital fintech, como promovemos desde MADFinTech a través del Manifiesto Cibeles.
Solicitudes para el sandbox
Una vez aprobada la ley, se dará un tiempo para la presentación de solicitudes. Finalizado este plazo, se publicara el listado de las empresas admitidas por parte del Gobierno, que se tomará también un tiempo para evaluar cada una de las propuestas. Posiblemente, sea el Tesoro quien se ocupe de esta gestión de supervisión.
Los proyectos que aspiren a entrar en este espacio de pruebas controlado deberán contar con un grado de avance suficiente, de forma que no será posible presentar una simple idea, y tendrán que aportar valor añadido, facilitando el cumplimiento normativo, mejorando la calidad, incrementando la protección de los usuarios, contribuyendo a una mayor eficiencia de los mercados o proporcionando mecanismos que mejoren la regulación o supervisión. MADFinTech ha creado un grupo de trabajo sobre la gestión de proyectos al sandbox español.
Es decir, se harán pruebas con productos y servicios que ya se consideren viables que se consideren lanzarlos al mercado. Esto no se hace por las dudas legales que se pueden generar, sino se debe a las carencias de garantías jurídicas del marco legal que tienen muchos de estos proyectos.
Las entidades o proyectos innovadores que se encuentran en fase madura podrán emprender su actividad bajo la modalidad de exención, para el caso de actividades que pueden situarse bajo el paraguas del regulador con la normativa actual, o bien bajo la modalidad de no sujeción, para aquellas actividades aún no reguladas por su carácter innovador.
En definitiva, coloca a España en uno de los países de referencia en el ámbito de la regulación fintech, animando la atracción y mantenimiento del talento nacional e internacional, facilitando la inversión en el sector y abriendo la puerta a que las entidades financieras y de capital riesgo puedan invertir en ‘startups’ y colaborar con ellas.